Es lógico que llegue fin de año, y todos nos pongamos a hacer un balance de las cosas que nos pasaron en estos 365 días. Las cosas buenas y las no tan buenas.
Por eso, creo que la situación amerita a que yo haga el mio.
Este año, más que cualquier otra cosa aprendí demasiado. Aprendí que no se vive de rencores. Aprendí que donde le ponga esfuerzo, pasión y ganas siempre voy a salir ganando, aunque los resultados no sean del todo alentadores. Aprendí también que dar la posibilidad a escuchar lo que el otro tiene para decir, nos hace eternos, nos guarda un lugar en lo más alto de nosotros mismos. Aprendí a dejarme soñar y a no esperar tanto de mí misma, porque sería perder tiempo en algo que no vale la pena, quitandome la posibilidad de disfrutar el hoy, el ahora. Aprendí a no tener miedo de decir "te amo" por quien de verdad lo siento. Aprendí a hacerme más auténtica, más real. Aunque detesto fallar y cometer errores, creo que es lo único que nos mantiene vivos. El hecho de poner todo de nosotros para mejorarnos, para hacerle bien a los demás, para ser felices.
En estas fiestas deseo desde lo más profundo de mi ser que ames,
como me dijo una vez una persona que quiero mucho, que te rodees de personas grandes como vos, personas que te inspiren evolución, mejora y sabiduría, evitando siempre las zonas de confort, porque el hierro se afila con el hierro.
Felices fiestas.
Cicatrices del alma
...
lunes, 21 de diciembre de 2015
jueves, 18 de junio de 2015
père
père, en francés, "papá"
Te acordas del "Al primero que miraste a los ojos fue a mi cuando naciste", que me decías cuando era chica? Yo sí. Me lo decías tan seguido que hiciste que una parte de mi guardara esa frase para siempre. Y cada vez que se me pasa por la cabeza recuerdo, con algo de nostalgia lo compañeros que éramos. Entiendo que crecí, que me despegué. Pero siempre queda ese pequeño nudo en la garganta que se encarga de remover los recuerdos y traerlos al presente.
La distancia es difícil. En su momento fue hasta problemática. Porque duele. Duele acostumbrarse a los cambios. Cuesta aceptar las consecuencias que generan. No se puede ver con claridad. Oprime, molesta, presiona. Pero vamos a estar bien. Al menos me quiero mentalizar en que le vamos a encontrar la vuelta algún día.
Después de todo, hay una cosa de la que estoy muy segura, y es que estoy dispuesta a hacer hasta lo imposible por resguardar este vínculo que conservamos hace tanto tiempo. Este código íntimo entre vos y yo. Este lenguaje que creamos solo nosotros dos entre padre - hija. Y solo por el hecho de que te necesito. Que fuiste, sos y seras el respaldo donde pueda decaer, derrapar y fallar, sabiendo que siempre vas a estar.
Soy muy afortunada del papá que me tocó. Mas allá de todo, me das lo mejor que se le puede dar a un hijo. AMOR. Y si hay algo que tengo que agradecerte, tanto a vos como a mamá, es como me criaron. Con la libertad de elegir, de opinar, de diferir y hasta discutir. De formar mi carácter, independiente y, de alguna forma, fuerte y sensible a la vez.
Sos una gran persona, y me enorgullece decir que sos mi papá. Porque tenes el corazón mas noble que nunca antes conocí.
Todo lo demás, aquello de lo que me encargué de hacertelo saber, de mala forma o enojada, fue, de algún modo lo que me ayudó a avanzar y dejar atrás todo tipo de rencor. Fue el descargo que una adolescente de 13 años, en su momento, necesitó, para no quedar atrapada en el silencio de una mente que tenía mucho para decir. Por esto, también te agradezco que me hayas dejado hacer catarsis con vos. Por que no imagino que hubiese sido de mi, si no hubiese largado todo lo que quería o, en ese momento se me daba por decirte. Agradezco tu paciencia y tu esfuerzo por tratar de deducirme o entenderme.
Espero que nunca dudes de que te amo infinitamente y de que por más altibajos que pasemos siempre es mejor juntos y presentes, de forma que la distancia sea siempre distancia, y no se transforme en ausencia.
Feliz Día.
Lucía.
21/06/2015
jueves, 28 de agosto de 2014
Movimiento en Agosto
Vamos, venimos, retrocedemos, avanzamos. Siempre en movimiento. Porque creo que de eso se trata todo. Moverse un poco.
Él movió su mundo. Le dio más de una razón para que ella quisiera quererlo. Porque ahí estaba la clave. Ella lo quería, pero además quería quererlo por todo lo que la hacía sentir, por todo lo que conseguían estando juntos.
Un día, de forma casi imperceptible él comenzó a alejarse. Ella no conseguía respuestas a ese cambio abrupto del que le costaba creer. Él, simplemente se excusaba con un "no es con vos, debo tener malos días". Pero los días pasaban y la sonrisa de ella se iba desvaneciendo, esperando algún tipo de explicación a todo eso que le sucedía.
Ahora ella lo sigue queriendo, pero con la diferencia de que no quiere quererlo. Y cada día que pasa es quererlo un poco menos. Ella dejo de intentar, entendió que tenía que dejarlo ir. Y le hizo entender a él, que también la tenía que dejar ir. Porque aunque se quisieran, el amor no lo es todo. También hay otros condimentos de los que ellos se olvidaron.
Quizas no era el momento, quizás no estaban destinados a ser...
Él movió su mundo. Le dio más de una razón para que ella quisiera quererlo. Porque ahí estaba la clave. Ella lo quería, pero además quería quererlo por todo lo que la hacía sentir, por todo lo que conseguían estando juntos.
Un día, de forma casi imperceptible él comenzó a alejarse. Ella no conseguía respuestas a ese cambio abrupto del que le costaba creer. Él, simplemente se excusaba con un "no es con vos, debo tener malos días". Pero los días pasaban y la sonrisa de ella se iba desvaneciendo, esperando algún tipo de explicación a todo eso que le sucedía.
Ahora ella lo sigue queriendo, pero con la diferencia de que no quiere quererlo. Y cada día que pasa es quererlo un poco menos. Ella dejo de intentar, entendió que tenía que dejarlo ir. Y le hizo entender a él, que también la tenía que dejar ir. Porque aunque se quisieran, el amor no lo es todo. También hay otros condimentos de los que ellos se olvidaron.
Quizas no era el momento, quizás no estaban destinados a ser...
martes, 29 de julio de 2014
En la punta de la montaña
Esos famosos "segundos de felicidad". Los acabo de vivir.
Ya no importa nada. No importa el dolor, el defecto, el desperfecto. Por dos hermosos segundos sentí que no necesitaba más nada y con algo tan simple.
Y juro que vale la pena estar vivo, porque es increíble como a uno lo sorprende el transcurso de la vida.
Me siento en la punta de la montaña.
sábado, 26 de julio de 2014
1:34 am
Son destellos. La felicidad se basa en pequeños momentos. A veces, duran una milésima de segundos, pero dejan huellas en nuestro interior muy difíciles de borrar. Son esos mínimos detalles que nos hacen sentir plenos. Yo los tomo como avisos de que vale la pena estar vivo, no por la espera de esos buenos momentos, sino por el trayecto hacia ellos.
Deberíamos quedarnos con ese concepto, de que la felicidad no es algo por lo que hay que esperar, a la felicidad hay que salir a buscarla.
Por esto, nada debería impedirnos hacer lo que nos gusta. Nadie debería interferir en lo que pensamos o decimos. Después de todo, cada uno trata de buscarle la salida a este laberinto, como puede, como sabe, como le enseñaron. Porque la felicidad no tiene una medida universal. Cada uno sabe donde encontrar su plenitud. Y esto nos diferencia. Muchas veces genera discordia o asimetría. Pero la vida, también es eso. Es la falta de simetría entre unos y otros, que, a la vez nos complementa y genera más vida
viernes, 11 de julio de 2014
Un día de esos..
Hoy es uno de esos días en que me siento cansada.
Cansancio.
Pero la pregunta es, ¿de qué?. ¿Qué es lo que me cansa realmente?.
Y, aunque no sepa la respuesta, puedo decir que la forma que tomó el mundo desde que deje de ser niña, me cansa. Tanta realidad anulando todo tipo de colores con los que había pintado mi mundo de ensueños. Veía tan lejana la posibilidad de sufrir. Y ahora, tan cerca.
Fue un duro despertar. Tuve que resignarme ante la idea de que en este mundo no siempre hay héroes que ayudan a los que más necesitan. De que no todas las princesas tienen su príncipe azul. De que no siempre los "malos" pierden. Hay veces que salen ganando, y mucho.
Estoy cansada.
Cansada de ver como sufrimos. Somos seres que sufrimos cuando amamos, sufrimos cuando no amamos, cuando no nos aman o cuando nos aman demasiado.
Por instinto, sufrimos. Nos resistimos a la idea de "perder". No podemos aceptar, bajo ningún punto de vista, que las cosas no son y no van a ser como hubiésemos querido que sean.
Cansancio.
Pero la pregunta es, ¿de qué?. ¿Qué es lo que me cansa realmente?.
Y, aunque no sepa la respuesta, puedo decir que la forma que tomó el mundo desde que deje de ser niña, me cansa. Tanta realidad anulando todo tipo de colores con los que había pintado mi mundo de ensueños. Veía tan lejana la posibilidad de sufrir. Y ahora, tan cerca.
Fue un duro despertar. Tuve que resignarme ante la idea de que en este mundo no siempre hay héroes que ayudan a los que más necesitan. De que no todas las princesas tienen su príncipe azul. De que no siempre los "malos" pierden. Hay veces que salen ganando, y mucho.
Estoy cansada.
Cansada de ver como sufrimos. Somos seres que sufrimos cuando amamos, sufrimos cuando no amamos, cuando no nos aman o cuando nos aman demasiado.
Por instinto, sufrimos. Nos resistimos a la idea de "perder". No podemos aceptar, bajo ningún punto de vista, que las cosas no son y no van a ser como hubiésemos querido que sean.
miércoles, 9 de julio de 2014
le passé
El pasado. El camino de vuelta a lo que ya vivimos.
Estamos equivocados si creemos que el pasado no debe importar en nuestras vidas, sino que vale la pena vivir el presente y preparase para el futuro. Todo lo que somos, exactamente todo lo que nos rodea es justamente por nuestro pasado, por nuestras vivencias. Y, a todos nos atan cosas del pasado. Lo que sucede es que vivimos inmersos en proyectos y deseos futuros. No esperamos a que sane el pasado. Dejamos puertas entreabiertas, que, aunque no lo crean se vuelven a abrir en nuestro trayecto hacia delante.
El pasado es como una mancha de nacimiento. Nos identifica. Nos hace únicos y humanos. No hay otra explicación. Y aquel que niegue su pasado, nunca podrá continuar avanzando. Éste, se ira depositando en el cuerpo, hasta encontrar excusas para alertar a la persona de que algo esta sucediendo allí dentro. Porque todo lo que no sana a tiempo con palabras, se almacena en el cuerpo con enfermedades.
Estamos equivocados si creemos que el pasado no debe importar en nuestras vidas, sino que vale la pena vivir el presente y preparase para el futuro. Todo lo que somos, exactamente todo lo que nos rodea es justamente por nuestro pasado, por nuestras vivencias. Y, a todos nos atan cosas del pasado. Lo que sucede es que vivimos inmersos en proyectos y deseos futuros. No esperamos a que sane el pasado. Dejamos puertas entreabiertas, que, aunque no lo crean se vuelven a abrir en nuestro trayecto hacia delante.
El pasado es como una mancha de nacimiento. Nos identifica. Nos hace únicos y humanos. No hay otra explicación. Y aquel que niegue su pasado, nunca podrá continuar avanzando. Éste, se ira depositando en el cuerpo, hasta encontrar excusas para alertar a la persona de que algo esta sucediendo allí dentro. Porque todo lo que no sana a tiempo con palabras, se almacena en el cuerpo con enfermedades.
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